Rey Genetics

Más información sobre este criador

Rey creció en un pequeño pueblo en algún lugar de las montañas de Europa, rodeado de bosques interminables y el suave susurro de la naturaleza. Incluso de niño, estaba fascinado por las historias de su abuela sobre plantas medicinales que crecían en la naturaleza y podían curar enfermedades o liberar la mente. Pero una planta, de la que se hablaba solo en susurros, captó especialmente la atención de Rey: el cannabis. Una planta venerada por las culturas, prohibida por los monarcas y custodiada por chamanes sabios.

Cuando fue lo suficientemente mayor, Rey hizo su mochila y se dispuso a explorar el mundo. Su objetivo era encontrar las mejores y más raras variedades de cannabis y conocer las historias detrás de cada una de ellas. En las colinas de Marruecos, conoció a agricultores que le enseñaron los secretos del cultivo de variedades autóctonas, plantas preservadas en su forma más pura a lo largo de generaciones. En los valles de Nepal, recolectó semillas de variedades que solo podían prosperar en las altitudes más altas y que los monjes utilizaban en sus rituales espirituales.

En las densas selvas de Colombia, descubrió comunidades indígenas que le mostraron variedades con aromas dulces y afrutados que se usaban en bailes y celebraciones. Los agricultores tailandeses le enseñaron el arte de atar "sticks", variedades delicadas que contenían una energía que Rey nunca había experimentado. Y en los desiertos de Afganistán, finalmente encontró el tesoro que había estado buscando toda su vida: semillas de plantas con una resina tan espesa que hacía el aire pesado, impregnado de un aroma picante y terroso.

Con una mochila llena de recuerdos y una colección de semillas que representaban la diversidad y la historia del mundo, Rey regresó a Europa. Pero ya no era el mismo. Sus ojos brillaban con el conocimiento de innumerables culturas y generaciones. Ahora comprendía que cada planta que había recolectado era más que solo una semilla: era una historia, una herencia que esperaba ser compartida.

Así, fundó Rey Genetics, una marca que no solo representaba calidad, sino la esencia del mundo en cada variedad. Cada planta cultivada a partir de sus semillas contaba una historia de vientos del desierto, lluvias monzónicas y los cantos de los chamanes. La misión de Rey era mostrar al mundo, semilla por semilla, y así se convirtió en el embajador de las antiguas tradiciones y de la magia ilimitada de la planta.

Enlaces